En las fotos de las revistas, en esos hogares perfectos con un interiorismo pensado al milímetro, es mucho más que habitual encontrar distintos estampados en la decoración que no solo armonizan a la perfección ente entre ellos sino que además encajan de forma espectacular en esa composición de 10.

“Imposible en mi casa”, piensan much@s… ¡y nada más lejos de la realidad! No necesitas un milagro ni un interiorista en casa, sólo algunos buenos consejos para combinar estampados en textiles, muebles y hasta paredes.

Elige bien la paleta de colores

Varios colores sí, pero con cabeza. Ten en cuenta que la combinación de estampados ya dará una fuerte personalidad a la decoración de la estancia, por lo que lo recomendable es seleccionar un máximo de 3 o 4 tonos para no sobrecargar visualmente el espacio.

Un consejo interesante: escoge un par de colores para elementos básicos, que puedas mantener todo el año, y ves variando el tercer y cuarto tono según te apetezca en cada temporada… de esta forma será fácil renovar la decoración de vez en cuando sin gastar dinero.

Tipos de estampados

Flores, rayas, motivos geométricos, ilustraciones… tienes un montón de opciones. Para no saturar visualmente el espacio, se recomienda escoger un máximo de 3 o 4 distintos, a poder ser del mismo estilo decorativo (nórdico, vintage, romántico…).

Si quieres empezar a probar tus combinaciones de una forma “light”…
Prueba a combinar cojines lisos con varios de distintos estampados, procurando que sean de un mismo color pero en distintas intensidades.

Si te atreves a más…
Mezcla estampados distintos en esos tres o cuatro colores que habías seleccionado. Procura, eso sí, que sean de una misma gama.

Estampados más allá de los textiles

Cuando pensamos en estampados en decoración, nuestro pensamiento vuela directamente a los textiles. Abre tu mente y sé creativ@: paredes, cuadros, sofás, lámparas… ¡hay un montón de opciones ahí fuera!

El tamaño sí importa

Cuidado: los estampados demasiado pequeños en superficies de gran tamaño podrían provocarte un poco de estrés (visualmente hablando) y cansarte pronto, del mismo modo que los estampados grandes en elementos pequeños probablemente no se apreciarán todo lo bien que te gustaría.

Por ello, la regla general sería: grandes estampados para superficies y/o elementos grandes (paredes o cortinas, por ejemplo), y los estampados pequeños para los detalles decorativos o piezas pequeñas (lámparas, cojines, plaids, etc.). Los de tamaño mediano, por su parte, son un gran aliado, y es que podremos combinarlos tanto con unos como con otros.

También es importante pensar en el tamaño de los estampados en elementos que irán juntos, como es el caso de los cojines. Por lo general, una composición bonita será aquella en la que no todos los estampados tengan el mismo tamaño; mezcla estampados medianos con pequeños y acertarás.

Vamos… ¡sí se puede!

Foto: Sophia Baboolal

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