La decoración del salón es tan ilusionante como complicada, ya que suele ser la estancia más grande de nuestro hogar y eso implica que hay que tomar muchas decisiones a la hora de darle forma.

Para que no te equivoques cometiendo errores que suelen ser bastante comunes, hemos decidido compartir una serie de consejos que te pueden ser de gran utilidad. ¡Tal vez puedas poner en práctica más de uno a partir de mañana!

Una mala distribución

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El tema de la distribución es un tema delicado en cualquier espacio de nuestro hogar, pero todavía genera más dolores de cabeza cuando se trata de colocar cada cosa en su sitio en el salón. Hay que analizar bien los metros cuadrados disponibles y pensar en la configuración ideal en función de aquellos muebles que consideramos imprescindibles.

Si el salón es pequeño, se recomienda despejar la zona central, pero si es grande hay que evitar eso a toda costa, puesto que corremos el riesgo de crear una atmósfera fría, desangelada. La forma del salón determinará la distribución, pero sea como sea tendrás que respetar las zonas de paso, las distancias mínimas entre muebles (80 centímetros si no hay cajones o armarios de por medio) y el espacio necesario para sentarse (como mínimo 90 centímetros detrás de las sillas para desplazarlas hacia atrás sin dificultad)

La falta de cojines

Hay gente enamorada de los cojines, y la verdad es que no nos extraña. Son achuchables y nos permiten dar mucha vida al salón, así que hay que aprovecharse de ellos en la medida de lo posible. Un salón sin cojines es un salón que no dicen nada, aunque tampoco hay que abusar de ellos. Más de seis en un sofá de cuatro plazas puede resultar excesivo.

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Un solo punto de luz

Otro error que se suele cometer tiene que ver con la iluminación. Está bien colocar una lámpara de techo porque son ideales para el salón, pero es probable que la luz no se distribuya del todo bien y tengas que recurrir a otros puntos de luz para llegar a todos los rincones. Además, no siempre es necesario encender una lámpara que ilumina todo el salón, ya que en ocasiones basta con tener una lámpara de pie o de sobremesa que puede alumbrarnos cuando estamos leyendo o cenando.

Empezar pintando las paredes

Lo de empezar pintando las paredes no es tan catastrófico como lo de empezar una casa por el tejado, pero por experiencia te podemos decir que es mucho mejor dejarlo para lo último. ¿Por qué? Pues porque es más sencillo elegir el color de la pintura en función de los muebles y los complementos que tener que hacerlo a la inversa. Encontrar un color para las paredes es relativamente fácil gracias a la enorme gama de tonalidades que hay en el mercado, así que te recomendamos seguir ese orden.

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Una alfombra demasiado pequeña

Comprar una alfombra pequeña para el salón suele ser un error. Las alfombras de reducidas dimensiones son muy válidas para un recibidor o para los pies de la cama, pero debajo de la mesa del salón es difícil que queden bien. Además, un salón pequeño siempre agradece que la alfombra llegue a estar por debajo del sofá y de otros muebles, ya que de esta forma no se aprecian los límites y eso agranda el espacio a nivel visual.

Decorar el salón sin pensar en tu día a día

Un salón de revista no tiene por qué ser un salón que está pensado para ti. Huye de las imitaciones cuando no sean recomendables y piensa primero en tus necesidades, en lo que sueles hacer en el día a día. Así sabrás exactamente qué es lo que no puede faltar en tu salón. Te ayudará mucho con la distribución, pero también con la elección de los muebles, que si son modulares se podrán adaptar a tu estilo de vida.

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