Lo creas o no, la “laundry room” o cuarto de lavado puede ser una estancia tan encantadora como cualquier otra de tu hogar. Si al leer esto tus ojos se han abierto por la incredulidad o se te ha escapado una risilla burlona quédate unos minutos con nosotrxs… ¡verás que todo es posible!

En realidad, el secreto no es otro que ponerle un poco de gusto y mucho, mucho orden. He aquí algunas de las claves para lograrlo.

Planteando la estructura

Lavadora, secadora, cubo o cesto para la ropa sucia, tabla de planchar… aunque pueden variar, todos conocemos los básicos que no suelen faltar en un cuarto de lavado. Lo primero que debes hacer es tomar medidas del espacio, de los elementos clave que no pueden faltar (lavadora/secadora sobre todo), coger papel y boli y empezar a garabatear. Piensa cómo te gustaría que fuera tu “laundry room” ideal, siempre siendo realista con los metros de los que dispones.

Plantea primero dónde irán los electrodomésticos y a partir de ahí piensa en encajar todos los elementos complementarios: baldas, estanterías, armarios, cubos, cestos, etc. En una estancia en la que el orden es primordial, jugar a encajar las piezas como en el Tetris puede convertirse en un juego muy entretenido.

Aprovechar el espacio

Desde el punto de vista estético siempre es recomendable disponer los electrodomésticos uno al lado del otro para liberar espacio visual y crear un ambiente relajado. Quienes dispongan de poco espacio, no obstante, probablemente deberán optar por colocar lavadora y secadora en vertical, una encima de la otra, para ganar espacio de almacenamiento en alguno de los dos laterales.

En este último caso, te recomendamos aprovechar al máximo la altura sin olvidar dejar algún pequeño rincón o balda a la vista en la que colocar una plantita o una cesta con algunos de tus utensilios o productos de limpieza más coquetos. Esto también puedes hacerlo colocando un perchero de pared con algunos accesorios de limpieza o productos decorativos como un cesto con flores, un sombrero, etc.

Orden en la sala. ¿Cómo lograrlo?

La clave del orden es que cada cosa tenga su lugar, ese espacio en el que será guardado cuando no se utiliza o cuando está “pendiente de gestión”.

Te recomendamos aprovechar la pared que quede libre de electrodomésticos para colocar baldas o armarios que te permitan organizar tus productos de limpieza o accesorios. Los principales complementos para la organización de tu “laundry room” serán especialmente las cajas, cestos y carritos.

Si eres una persona muy organizada y te gusta el minimalismo probablemente apostarás por colocar todas las cajas iguales, manteniendo un estilo lineal en cuanto a formas (cuadradas, rectangulares o redondas), tamaños y colores (no más de 2 o 3).

Si por el contrario buscas un estilo más desenfadado y con ese “encanto” hogareño, lo mejor será optar por cajas y cestos de modelos distintos aunque siempre dentro de un mismo estilo, colocando tus favoritos a la vista.

Tanto en un caso como en el otro, es importante mantener la coherencia en los materiales y las tonalidades empleadas para lograr un conjunto en el que reine la armonía.

Y en cuanto a los colores…

El blanco es el color de la pureza, la limpieza, la luz… y es por ello el mejor color predominante para un cuarto de lavado. Siempre podrás darle la personalidad y perfilar el estilo a través de la elección de materiales y complementos.

Que este color esté muy presente no implica que tu “laundry room” deba ser de un blanco inmaculado. Una buena idea puede ser destacar alguna de las paredes con un papel pintado bonito o pintarla en un tono diferente.

El toque final

Ponle nombre y dale así la importancia que se merece de una vez por todas ? Hazte con un cartel bonito en el que ponga “Laundry room”, “Washing room” o “Lavandería” y ponlo en la puerta. ¡Entrar será un placer aún mayor!

Remángate y ponte manos a la obra… ¡tienes entre manos uno de esos proyectos deco muuuy interesantes!

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