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Si estás leyendo este artículo es porque te preocupa algo que debería preocuparnos a todos por su importancia. Iluminar bien nuestro hogar repercute de forma positiva en nuestro estado de ánimo, así que hay que hacer todo lo posible por tomar elecciones correctas y no cometer errores a los que todos estamos expuestos.
A continuación vamos a ofrecerte las claves para una buena iluminación, así que toma nota y haz todo lo posible por ponerlas en práctica lo antes posible. 🙂
Piensa en los puntos de luz
Es cierto que hay que contar con iluminación general como la que nos puede brindar una lámpara de techo, pero no menos cierto es que los puntos de luz deben ser bienvenidos para lograr una correcta iluminación. Es por ello que te recomendamos multiplicar los puntos de luz para suavizar el ambiente y distribuir la atención con el objetivo de iluminar hasta el último rincón con sombra.
¿Luz fría, neutra o cálida?
La temperatura de color de todas las fuentes de luz determina cómo podemos llegarnos a sentir, ya que ésta afecta a nuestras funciones vitales. Eso significa que no hay un tipo de luz que sea la ganadora, sino que todas tienen sus ventajas en función de dónde y para qué las utilicemos.
La luz fría es ideal para concentrarse, lo que la convierte en la mejor de las opciones para un escritorio. La luz neutra es como la luz del sol y solemos utilizarla para el salón y el comedor, mientras que la luz cálida es la más acogedora de todas, algo que explica por qué es la preferida de muchas personas para iluminar el dormitorio.
¿Qué hay de las proporciones?
Con las lámparas pasa lo mismo que con otros accesorios. Hay que respetar las proporciones fijándonos en el resto de elementos decorativos y en los muebles, además de tener en cuenta los metros cuadrados que tiene la estancia en la que vamos a colocar la lámpara en cuestión. Por poner un ejemplo, podríamos decir que es un error colocar una lámpara de techo muy grande en un pequeño recibidor.
¡No olvides las zonas de paso!
Las zonas de paso son las grandes olvidadas. No solemos pensar en ellas a la hora de decorar, y tampoco lo hacemos cuando se trata de introducir elementos que más que decorativos son de seguridad. Las lámparas son absolutamente necesarias en ese sentido, así que hay que asegurarse de que las zonas de paso están bien iluminadas y los interruptores son accesibles.
El ahorro también cuenta
Una buena iluminación no solo es aquella que cumple con una función práctica y estética. Lo es también aquella que nos permite ahorrar en la factura de la luz, puesto que hoy en día existen lámparas de bajo consumo que van muy bien para esas estancias en las que hay luz durante muchas horas del día, como es el caso de la cocina.
Otra cuestión importante es la que tiene que ver con el tipo de bombilla, que como podrás imaginar debe ser LED por consumir menos y tener una vida útil bastante mayor que la bombilla incandescente.
La mejor luz: la natural
Todo lo anterior está muy bien, pero hay que tener siempre presente que no hay mejor luz que la que proviene del sol. Eso significa que hay que hacer todo lo posible para que la luz natural fluya sin problemas, para lo que te recomendamos emplear cortinas de tejidos ligeros y vaporosos (e incluso prescindir de ellas), utilizar colores claros para decorar y pensar en distribuciones con las que crear ambientes lo más diáfanos posible. De hecho, haciendo hincapié en este último consejo, te invitamos a plantearte la posibilidad de derribar algún tabique para unir espacios como por ejemplo el salón y el comedor o el comedor y la cocina.
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