Calidez y frescura. Tradición y modernidad. El estilo rústico contemporáneo ha llegado para robar nuestros corazones gracias a su capacidad de unir en armonía el encanto de lo tradicional con las tendencias de decoración más actuales.

Y es que este estilo, también conocido como rústico moderno, mantiene la estética y también la esencia de los interiorismos de tipo rural con esas espectaculares vigas de madera, chimeneas, paredes de piedra o muebles de madera envejecida por el paso del tiempo, si bien añade conceptos y tendencias muy propias del siglo XXI.

Adiós a la oscuridad

El estilo rústico contemporáneo rompe con la gama cromática habitual del estilo rústico tradicional, que se caracteriza por el predominio de tonalidades oscuras como los marrones u ocres.

La versión más moderna del rústico mantiene el uso de estas tonalidades, que aportan calidez y forman parte de la esencia y el encanto de este estilo, pero con moderación: en este sentido, se potencian espacios mucho más luminosos en los que el blanco y los tonos neutros se convierten en protagonistas de grandes superficies como paredes, cortinas o alfombras, por ejemplo.

Rústico y minimalista. ¿Es posible?

La simplicidad gana terreno. Los ambientes recargados con decenas y decenas de piezas decorativas acumuladas con los años, a menudo de distintas tendencias, estilos y hasta épocas, pasan a la historia en pro del minimalismo. El rústico moderno aboga por interiorismos menos recargados visualmente, en los que las piezas son seleccionadas con mimo y con una cierta estrategia decorativa con el fin de crear ambientes que inviten a la calma y a la relajación.

El uso de materiales como la madera, las fibras naturales, la piedra o la forja se mantiene como imprescindible en este estilo, siendo sin duda uno de los grandes nexos de unión dentro de este “cambio generacional” en los interiorismos de estilo rústico.

Piezas llenas de autenticidad

En la línea de lo anterior hay elementos estructurales y decorativos que siguen siendo un “must”, tales como las vigas de madera, las robustas puertas macizas y las de tipo granero o las mesas de comedor XL, a menudo combinadas con piezas de estilo nórdico o industrial de líneas más sencillas que le aportan ese toque de diseño y actualidad. Un buen ejemplo son las grandes mesas de comedor rústicas de madera maciza y hierro combinadas con sillas de marcado estilo nórdico.

En definitiva, un rústico que se renueva para convertirse de nuevo en tendencia y traspasar las fronteras de lo rural.

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