Sí, much@s soñamos con tener un dormitorio enorme que incluya una cama XL, enormes armarios (si no un precioso vestidor) y hasta con un cuarto de baño que incluya una bañera exenta… Sin embargo, a menudo la realidad es otra. La gran mayoría tenemos que darle al coco para aprovechar al máximo el espacio de nuestra habitación y eso a veces es complicado cuando disponemos de pocos metros.

¡Echa un vistazo a estos consejos y ponte manos a la obra para crear tu dormitorio “pequeñito pero molón”!

Analiza bien y plantea la mejor distribución

Dibuja un plano de la habitación lo más realista posible incluyendo todas las medidas del espacio, y a partir de ahí piensa todos los elementos de mobiliario que quieres incluir para plantear dos o tres esbozos con diferentes opciones de distribución para tu dormitorio. Valorar distintas alternativas te permitirá encontrar la solución que más te gusta y la que mejor se adapta al espacio.

Acierta con los muebles

En los dormitorios pequeños cada centímetro cuenta. Esto no significa que debas llenar de armarios, cómodas y otros muebles de almacenamiento la habitación, pero sí que sirve como planteamiento de qué tipo de muebles te interesa comprar.

– Armarios: La anchura del mismo dependerá del espacio; en cuanto a la altura, en cambio, debes aprovechar hasta el último centímetro… ¡créenos que lo necesitarás! Las puertas correderas resultan más prácticas que las abatibles ya que jamás dificultarán el paso. En cuanto a la distribución interior del armario, lo más práctico es tener como mínimo una barra para colgar, algunos cajones y una o más baldas.

– Cama: Si consideras que te falta espacio de almacenamiento en casa, te recomendamos optar por las camas con canapé (arcón) o con cajones en la parte inferior. Son un enorme desahogo cuando hay que hacer los “cambios de armario” y guardar edredones y nórdicos o toda la ropa y zapatos de la temporada anterior.

– Mesitas y otros auxiliares: Olvídate de las mesitas tipo banco que solo te permiten aprovechar el sobre superior y apuesta por las tradicionales mesitas con cajones; si no te cabe una mesita, una pequeña balda cuadrada puede ser una opción muy práctica y apenas ocupa espacio. Si tienes un rincón extra, un sinfonier o cómoda pueden ser muy prácticos.

No subestimes el impacto visual

Escoger bien los muebles, no obstante, no es sinónimo de resultar exitoso en la decoración de un dormitorio pequeño. El impacto visual del conjunto es tan importante como todo lo anteriormente mencionado y es importante tener en cuenta algunas claves e ideas:

Procura no sobrecargarlo con decoración y muebles ya que estos tienden a “comerse” visualmente el espacio, así que deja un poco de aire. Una clave fundamental en este sentido, más allá de la forma o dimensión del mueble en sí, es escoger maderas de colores claros como el pino, el roble, la haya o incluso los muebles lacados en color blanco.

– En esta misma línea, para ganar metros y luminosidad en la estancia debes apostar por los colores claros para las grandes superficies como las paredes, puertas o las cortinas, por ejemplo. El blanco es un gran aliado, así que no lo descartes por considerarlo “soso” ya que siempre estarás a tiempo de dar notas de color gracias a otros elementos como textiles y decoración.

– Los espejos ayudan a multiplicar el espacio y además suelen ampliar la cantidad de luz en la estancia. Puedes colocarlo encima de una cajonera, aprovechar un pequeño rincón para poner un espejo vertical y hasta convertir las puertas de los armarios en espejos (la sensación de amplitud, en este caso, será impresionante). Si no te gustan los espejos, una alternativa son las puertas de armario de cristal traslúcido que no recargan tanto visualmente y que, tranquil@, no permiten que se transparente el fondo.

¡No prescindas de la decoración! Tener poco espacio no implica tener que conformarse con un dormitorio soso. Puedes hacer composiciones con espejos o de cuadros con láminas en las paredes, o colocar una balda y decorarla.