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Qué estrés de vida, ¿verdad? Llevar a los niños al colegio, aguantar a tu jefe o jefa, correr por la mañana y por la tarde para que no se te escape el bus… El día a día es demasiado duro como para no tener momentos de desconexión, así que hoy queremos ayudarte a crear un dormitorio lo suficientemente relajante como para que todas las mañanas te levantes como nuev@.
Si te apetece conocer nuestros consejos, te recomiendo tomar nota de los 5 pasos que hemos creado para llevarte a ese paraíso (a veces demasiado lejano) llamado «relax«. ¿Empezamos?
Paso 1: Elige bien el color principal
Como seguramente ya sabrás, los colores son capaces de influir en nuestro estado de ánimo. Eso significa que la elección de la pintura para las paredes y el techo es una de las decisiones más importantes que debes tomar a la hora de dar forma a tu dormitorio.
Los colores pastel son ideales para crear un ambiente relajado, y si encima te decantas por el rosa habrás creado un dormitorio con un toque de romanticismo que siempre se agradece. Eso sí, siempre estás a tiempo de elegir un color neutro como el gris, que además es muy elegante, o dejarte llevar por la frescura del azul o el verde. El azul evoca al mar, mientras que el verde hace lo propio con la naturaleza. Por eso son dos colores que hay que considerar a la hora de crear un dormitorio relajante.
Paso 2: Haz caso a Marie Kondo…
Sí, a tu madre no le hacías caso cuando te decía que era necesario hacer limpieza en la habitación, pero ahora que Marie Kondo sale por televisión no dejas de subir cosas a Wallapop para deshacerte de ellas. En realidad haces bien, ya que un dormitorio repleto de objetos, sean decorativos o no, solo genera estrés y te impide mantener el orden. Deshazte de todo lo que no sea imprescindible y apuesta por una decoración de corte minimalista. Que tu dormitorio no sea una leonera.
Paso 3: Busca una iluminación suave
Otro aspecto que hay que considerar es el que tiene que ver con la iluminación. Evidentemente, como siempre te decimos en el blog de Daui Home, hay que hacer todo lo posible para sacar partido a la luz natural durante gran parte del día. Sin embargo, cuando el sol se pone hay que recurrir a la iluminación artificial, y es ahí donde debes prepararte para crear una atmósfera relajante.
Lo mejor que puedes hacer es elegir luces de poca intensidad y que sean cálidas. Esto significa que deben contar con una temperatura de entre 2.200 y 3.300 grados Kelvin (K). Por otra parte, no olvides el uso de velas, guirnaldas de luz o lámparas de noche, ya que gracias a ellas iluminarás el dormitorio de forma tenue.
Paso 4: Rodéate de textiles que invitan al descanso
¿Cuando te tumbas en la cama qué es lo que sientes? Lo ideal es que tengas la sensación de estar como flotando, y para eso no solo debes contar con un buen colchón y una buena almohada. También hay que prestar atención a la ropa de cama y a otros textiles como los cojines o las mantas. Invierte en ello sin escatimar porque hay tejidos como el lino, la lana o el algodón 100% que son capaces de mimarnos.
Paso 5: Buenas vibraciones
Siempre se le puede poner una guinda al pastel, y en este caso esa guinda es el toque personal que puedes darle a tu dormitorio para que transmita buenas vibraciones, para que te permita olvidar los problemas del día a día aunque solo sea durante unos minutos.
Elige cosas que van contigo (y con tu pareja) y no dudes en colgar bonitas fotografías de tu familia para irte a dormir con una sonrisa todas las noches. También puedes hacerte con letras decorativas con las que tener siempre presentes una serie de mensajes positivos que nos hacen ser optimistas incluso en los peores momentos. De hecho, también puedes recurrir a los vinilos para ello.
