Cuando llegan los meses más fríos del año hay textiles que cobran importancia. Queremos estar calentitos en casa y para lograrlo no hay nada como recurrir a los plaids, que se han ganado un hueco en la mayoría de hogares por el hecho de ser decorativos y funcionales.

Por si todavía tienes dudas sobre si merece la pena comprar plaids, te recomendamos prestar atención a lo que te vamos a contar a continuación, ya que en nuestra humilde opinión sobran los motivos por los que enamorarse de ellos.

1- ¡Sofá, peli y… ¡plaid!

Solemos decir eso de “sofá, peli y manta”, pero lo cierto es que no hay nada como echarse un plaid por encima para disfrutar de tu serie favorita sin pasar frío. Es verdad que hay mantas que te podrías llevar al Polo Norte por la calidez que desprenden los materiales que las componen, pero no menos cierto es que los plaids pueden estar a la misma altura.

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2- Diseños que conquistan

Los plaids no dejan de ganar terreno por lo bonitos que son. Además de ser un complemento ideal para resguardarse del frío, nos ayudan a decorar todo tipo de estancias, siendo el salón el lugar en el que parecen tener más cabida. ¿Por qué? Pues porque por definición ya se dice que los plaids son más pequeños que las mantas y se utilizan para abrigarse en el sofá o en una butaca. Eso sí, tal y como comentamos en el artículo “Ideas para decorar con plaids“, podrás colocarlos en otras habitaciones como el dormitorio.

3- El contraste perfecto

Lo más habitual es buscar un plaid que vaya a juego con los colores que predominan en la estancia donde irá colocado. Sin embargo, no es mala idea apoyarse en un plaid para crear ese contraste que tanto se agradece para romper con la monotonía. Apoyado sobre el reposabrazos de un sofá, podemos conseguir el efecto deseado.

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4- ¿Pies fríos? ¿Eso qué es?

Pocas cosas molestan tanto como estar en la cama con los pies helados. ¿La solución? Muchas veces pasa por ponerse calcetines, pero como no todo el mundo está dispuesto a ponérselos hay que buscar otras soluciones. A nosotr@s la que más nos gusta es la de añadir un plaid por encima de las colchas a la altura de los pies de la cama. ¡Tus dedos nunca más volverán a pasar frío!

5- Son económicos

Si bien es cierto que hay plaids que no son precisamente baratos, por lo general suelen venderse a precios que hacen que uno se plantee su compra. Las mantas, por lo general, son más caras, y eso que no tienen la capacidad de decorar al mismo nivel que los plaids. Por eso, el precio no suele ser una excusa a la hora de abrirles las puertas de casa.

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