Como ocurre con la moda, los cambios de estación son una época ideal para hacer limpieza y renovar los aires de la decoración de nuestro hogar. Dado que sería inviable cambiarla y empezar desde cero cada nueva temporada, debemos activar nuestro hemisferio derecho del cerebro para impulsar la creatividad y lograrlo con una inversión moderada.

1. Márcate un Marie Kondo

El primer paso es hacer hueco. Deshazte de todos los elementos de decoración que ya no te hacen feliz; no solo no te costará nada, ¡sino que además ganarás espacio y ahorrarás tiempo de limpieza!

Si crees que algunos artículos ya no encajan en tu decoración y no te sientes a gusto con ellos, tienes dos buenas opciones: hacer un DIY para renovar su imagen y “darles una nueva vida” o regalárselos a alguien que le pueda sacar más provecho.

2. Mismos elementos, diferente cara

Algunas piezas de decoración son aliadas perfectas para los cambios de temporada, y es que con ellas lograrás una apariencia distinta con una inversión económica mínima. Es el caso de los cojines, a los que fácilmente puedes cambiar la funda, o los marcos, a los que les puedes cambiar las fotografías o láminas (puedes comprarlas, descargarlas gratuitamente de internet o diseñarlas tú mism@). No es necesario que cada primavera, verano, otoño o invierno tengas fundas o láminas nuevas, basta con jugar con los diferentes modelos que ya tenías.

Si en invierno utilizas alfombra, el mero hecho de guardarla cuando llega el buen tiempo marcará la diferencia en tu salón o dormitorio.

3. Reubica

Dale una vuelta y cambia de lugar algunos elementos deco que tienes en casa. Lleva algunos de la entrada al salón, algunos del salón al dormitorio, algunos del dormitorio a la entrada… seguro que puedes combinar muchas de las piezas de formas distintas, lo que será una garantía de no aburrirte demasiado pronto de ellas.

4. Introduce algunos complementos nuevos

No es necesario que hagas una gran inversión, basta con incluir alguna pieza nueva que puedes haber comprado o creado tú mism@. Cuanto más visible sea el lugar en el que ubiques ese nuevo complemento, más protagonismo tendrá y más notable será el cambio. ¿Algunas ideas? Puedes poner un espejo o un reloj en el lugar en el que había un cuadro, un cuadro en el lugar en el que había un espejo…

5. Ten en cuenta colores y texturas

Aunque tu gusto personal es sin duda el que marcará el interiorismo de tu hogar, adaptarse a los colores y tejidos propios de cada época del año siempre sienta de maravilla.

Alegra tu hogar en primavera-verano con tonos dulces (rosa empolvado, mint…) y/o vivos (azul, verde, amarillo…) y da el predominio a otros más acogedores como el gris o los tonos marrones para el otoño-invierno. En cuanto a los textiles, utiliza materiales frescos como el lino o el algodón fino para el verano, dejando otros como la lana, el borreguito o el pelo sintético para los meses más fríos del año. Pueden parecer ideas algo obvias, pero es clave no olvidarlas porque sin duda hará que nuestra decoración tenga un impacto positivo en nuestro estado de ánimo.

¿Qué te han parecido estas ideas? ¡No dudes en compartir las tuyas!